El difícil reto de ser mujer y madre en el Perú

8 marzo, 2023

Inés es una madre adolescente con estudios no concluidos que migró de su ciudad natal a Lima hace más de tres años en búsqueda de un mejor futuro. A los pocos meses de estar aquí salió embarazada y hoy es madre de una bella niña. Ella quiere trabajar y sentirse productiva, además porque hace falta plata en casa, pero es muy difícil con una pequeña en brazos. Cada vez que ha salido a vender por la calle, el serenazgo la reprende y es complicado poder hacerlo. Ella piensa que para alguien sin estudios y sin ayuda del Gobierno, es muy difícil salir adelante.

Martha, es una madre joven de una niña de un año que con la pandemia pudo adecuar con mucho esfuerzo el teletrabajo, el cuidado de su hija y las labores de la casa. Esto demandó que ella trabaje hasta altas horas de la noche para que su jefe no notara que compartía su tiempo con el cuidado de su bebé. Recientemente, le han confirmado que tiene que retornar al trabajo presencial y no sabe qué hacer pues no hay quien cuide a su niña; al trabajo no la puede llevar y los centros de cuidado que existen son altamente costosos para el presupuesto que ella tiene. Su pareja le ha dicho que renuncie a su trabajo o que busque otro que pueda hacer desde casa.

Dos realidades y un problema similar: el desarrollo de estas mujeres. Madres que quieren seguir siendo productivas para su familia y la sociedad, pero se encuentran limitadas de poder hacerlo.

Para entender ello, quizás sirva revisar algunos datos sobre las brechas de género existentes en el Perú. Según el reporte de INEI 2022, en el área urbana 61 de cada 100 mujeres en edad de trabajar participaron en la actividad económica. De ellas, 78.8% trabajan en el sector informal, precarizando su participación a nivel económico y financiero.

Por otro lado, el 32,5% de las mujeres de 14 y más años no tienen ingresos propios, siendo esta proporción 2,3 veces más que los hombres (14,3%). La brecha más significativa se presenta en las mujeres del área rural donde el 43,1% de ellas no tienen ingresos propios, mientras que en el caso de los hombres representa el 12,2%. Asimismo, el ingreso promedio de las mujeres representó el 69,6% del ingreso de los hombres y 55% de mujeres en área urbana tenía una cuenta de ahorro o corriente, observándose que este porcentaje es 7pp menos que en los hombres.[1]

El informe de brechas de género 2022 del INEI, señala que las mujeres peruanas trabajan 9 horas con 15 minutos más que los hombres, ya que se considera que el trabajo no termina en su centro laboral e invierten además horas en la atención de las tareas del hogar. Mientras los hombres dedican 15 horas con 54 minutos a la semana en actividades no remuneradas, las mujeres destinan 39 horas con 28 minutos, es decir 23 horas con 34 minutos más; esto muestra que la mujer independientemente de las funciones o del lugar que ocupen en el grupo familiar, se hacen cargo del trabajo no remunerado y del cuidado en el hogar. [2]

Considerando estos datos, el resultado de los indicadores de la Evaluación Continua de Impacto de la COVID-19 (ECIC-19) nos muestran lo siguiente en relación a la salud mental de las madres: 2 de cada 10 tienen indicadores de depresión o estrés; mientras que 8 de 10 tienen indicadores de ansiedad. Además, un 21% de madres no comparte la crianza y cuidado con algún miembro en el hogar y el 27% siente que es difícil el cuidado del niño/a por estar trabajando o estudiando en casa.

¿Cómo podemos aliviar estas desigualdades y reducir las brechas?; algunas acciones propuestas deberían buscar incorporar a las mujeres y niñas a la tecnología y la educación digital, a fin de empoderarlas y crear soluciones más creativas que promuevan la igualdad de género y fomenten la inclusión de las mujeres a todo nivel.

Por otro lado, se debe impulsar la creación de proyectos productivos que permitan el desarrollo de sus capacidades y de compatibilizar adecuadamente sus tiempos, considerando también un componente de coparentalidad, para equilibrar las horas dedicadas al cuidado del hogar. A nivel de política pública, se debe seguir impulsado el reconocimiento de las labores del cuidador en el hogar; así como la universalización de programas de cuidado en centros infantiles, acompañamiento familiar y acciones que brinden soporte emocional a las familias principalmente a las madres con niños más pequeños. Todo ello con el fin de que las mujeres se sientan más apoyadas en la crianza de sus hijos.

Esta fecha, es un momento importante para reflexionar; mirar el problema, y proponer soluciones que aseguren el rol igualitario de la mujer, la visibilidad de sus derechos y la ruptura de paradigmas que hacen mella de su autoestima y autonomía.

Autora: Rommy Ríos, Gerenta de la Fundación Baltazar y Nicolás.

[1] Estadísticas INEI. https://aplications.inei.gob.pe/pte_inei/public/

[2] Perú: Brechas de género 2022. Avances hacia la igualdad de mujeres y hombres

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