Violencia infantil: la cruda realidad del Perú

6 julio, 2021

La violencia contra niños y niñas es un problema que afecta el correcto desarrollo de la infancia temprana en todo el mundo. Mijail Suparchín, coordinador de proyectos complementarios del Programa CIB de la Fundación Baltazar y Nicolás, brindó mayores alcances sobre el tema.

Según el especialista, el rol que cumplen los padres en el cuidado y acompañamiento que necesitan sus hijos es muy importante. “Desde la Fundación ByN promovemos el fortalecimiento del vínculo existente entre padres e hijos y la importancia del desarrollo infantil en espacios libres de violencia”, mencionó.

¿Qué entendemos por violencia?

La Organización Mundial de la Salud define la violencia como el uso intencional de la fuerza para amenazar o dañar a otros y a uno mismo; estos daños pueden ser físicos y psicológicos, en algunos casos, hasta causar la muerte. Supachín sostiene que violencia es todo acto que vulnera o pone en riesgo la integridad física, emocional, social o moral de una persona; y muchos de los patrones de comportamiento que están detrás de la violencia son aprendidos y transmitidos de generación en generación.

La Ley N° 30403, que prohíbe el uso del castigo físico y humillante contra niños, niñas y adolescentes, indica que los padres o encargados del cuidado de hijos e hijas tienen la facultad de vigilar su conducta, para corregir y sancionar moderadamente. Esta la normativa, aprobada por el Congreso de la República, prohíbe el castigo físico.  

Diferencia entre castigo y maltrato

El especialista sostiene que “la intención del castigo es cortar o corregir una mala conducta, mientras que el maltrato solo busca dañar y tiene efectos negativos en la autoestima de quien lo sufre”. La reflexión y la ‘acción reparadora’ como métodos alternativos a los premios y castigos serían una alternativa saludable para la crianza. “A partir de los siete años, el niño diferencia lo bueno y lo malo, su conducta tiene una intención; la reflexión ayuda a reconocer esta intención y la acción reparadora promueve una enmienda para el error”, agregó. 

Entre las principales señales de alarma que manifiestan los niños y niñas víctimas de violencia tenemos: cambios de conducta, aislamiento, descontrol de emociones, morderse los dedos u orinarse en el pantalón.

Al menos un 80% de las víctimas sufren consecuencias psicológicas negativas. Un niño o niña que ha crecido en un entorno violento puede presentar problemas emocionales y dificultades para el aprendizaje en los siguientes años de vida; además de replicar el abuso en sus compañeros o personas cercanas, lo que perjudica sus habilidades sociales.

¿Cómo puedo ayudar?

Si eres testigo o conoces algún caso de violencia infantil, puedes llamar gratuitamente a la Línea 100 para pedir ayuda. También puedes acercarte a una comisaría, la DEMUNA o las oficinas de la Dirección de Protección Especial ubicadas en Jr. Camaná N°616 (Mezanine), Cercado de Lima.

Escrito por: Claudia de la Cruz y Fernando Vergara, alumnos del taller de Periodismo Social; en el marco del proyecto TRAE Fundación Baltazar y Nicolás y Toulouse Lautrec.

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